miércoles

Carta a Ricardo (cuento)

Sandro Perri - Double Suicide.mp3

Cómo estamos, primo,

tú sabes que mis intentos por reconstruir restaurar la old school, sus costumbres y su arte es (y será) inacabable. Me considero una fiera inconforme con la sociedad en la que me tocó vivir. Un status quo que no merecí habitar, pero que, a pesar del malestar provocado por este, como en una obra teatral, considero a esa complejidad como un arma más para mi proceso creativo, un tozudo nudo de mil descenlaces. Es por eso que (aunque sé muy bien que me entenderás) esta carta te la he enviado por correo. Ese homenaje al sudor de los ancestrales chasquis de nuestros andes que, de seguro, ni extrañas El viejo método que reanima la oficina postal, ese esa desdeñada dinámica de mensajería efectiva que se pudre con junto con nuestra humanidad cada día. Quiero que huelas olfatees la tinta de mi lapicero, y recibas mi más sincero saludo y cariño de mi puño y letra. Nada más espero disculpes los tachones, es que pasar a limpio un texto también es una deformación al primer deseo, a la ocurrencia pasional, a nuestra cotidianidad y a los errores que nos moldean. Basta ya del palabreo. Te dije que no me escribas por el gmail, pero, considerando tu nuevo trabajo en la estación de radio más underground (y menos escuchada, debo agregar con cierta nostalgia por revivir nuestros fracasos, según me dicen mis investigaciones googleanas) de Madrid, te pasaré la falta en alto, pues debes andar ocupado desenpolvando discos de synth pop, goth e industrial que me enseñaste a devorar (en cierto modo). Me alegró saber de ti, pero hubiera preferido que te tomes más tiempo y no simplifiques las palabras como en una huachafa conversación de messenger (sí, me refiero al mail). Así que, estaré esperando tu respuesta. Acá, en la poluta Lima, todo anda igual, el grupo me pregunta por ti, siempre hace falta esa simulada contención ese perfil bajo que generabas, aún en tus intervenciones, y en la delicada y sosegada forma de armar un porro de marihuana. En fin, de veras creo que has dado un gran salto a pesar de que mi tío, tu aburguesado (cada vez más, te informo) padre, no deja de maldecirte por viajar sin notificación aviso, aunque cada vez disminuyen sus ataques y se bifurcan en la más triste melancolía y decepción de un hijo que no sigue la tradición rechazando (esta es la parte que más admiro) la empresa que tanto le costó iniciar. Una lata ser el único, y varón para colmo. Mi padre (detesto llamarlo así, no sabes, acabo de encender un cigarrillo, el Marlboro rojito rojo pues, así que justo ahora dejo de escribir para disfrutarlo) Listo. Mi padre ya ni me habla. Su silencio es un grito amolado de la lástima sazonada de rabia que le provoca al ver a su hijo estudiando literatura. Así es. Creo que mi derrotero está ya señalado me acerco más a lo que quiero hacer con este primer paso. Dejar la carrera de leyes me llevo directo a rechazar el supuesto veto de mi progenitor de secundarlo: entrar al bufete san isidrino no era una opción para mí. Ya lo sabes, estoy en la facultad de Letras, pero para tu sorpresa, estoy en Saint Mark. Sí. No pienses que el viejo metió su cuchara tuvo algo que ver, fue una decisión brutamente propia. Un cambio realmente contrastante, te cuento. La Pacífico, hermética, selectiva y paradigmática no tiene comparación con la caótica Decana de América. Es, como dicen los antropólogos, esta última, un laboratorio social. Aportándole mi sello, un laboratorio social y "visceral". Tienen una tendencia al reclamo, pero al reclamo infundado y sanguíneo, capaces de mortificar a las propias leyes lógicas. Pero qué es la lógica, finalmente. Ni siquiera sabemos por qué creemos, como cuando te dio ese arrebato filosófico y quisiste, a través de tu mayeútica de cantina, crear un pseudodiálogo platónico de rollo epistemológico que terminó por arruinar la noche. Cómo olvidarlo, eh. Fuck that shit, San Marcos divierte y eso cuenta, dude. A pesar de mi condición de cachimbo, estoy (como se dice) en todas. No me pierdo ninguna actividad cultural y demás. Obviamente, mi posición pacifiana me otorga cierto "status" que se resume en miradas recelosas, incluso, desafiantes, pero que mi indiferencia a sabido superar. Además, creo que fue un gancho porque gente a partir del quinto ciclo me ha llamado contactado, incluso podría decir, que se han peleado por mí para enlistarme en sus filas. Un grupo literario, Cosmo America (gente de mundo, pero del americano), que entre ellos se hacen llamar cosmoamericanizantes, o simplemente, americanizantes, lo cual me parece, simplemente, ridículo. Pero es divertido, pues sus reuniones, arrinconadas entre papeles descascarados autodenominadas cosmopolitas, segun su idiosincracia, consiste en fumar hierba, una que otra roca, poner música electrónica (incluso un par de veces ha sonado tu queridísima banda gay Ashbury Heights), coger, hablar de arte (debo agregar que de una forma muy precaria y patética), de la "neo"sociedad de información y eso. A pesar de sus ingenuos intentos, no puedo evitar encontrar cierta ternura en todo eso. La era digital les cayó a pelo, conocen mucho gracias al FireFox y la vanguardia ya no es exclusiva de ciertas argollas (o lobbies, como quizás tu lo llamarías), si no, ha democratizado hasta llegar al más ínfimo rincón. Otro punto a favor son las minas chicas, son las mejores de la facultad de Letras. Son delicias bajas en caloría, mesmerizantes y detonantes, apátridas, propias y audaces, agudas y, la mejor parte, putas. Las locaciones pretenciosas Los ambientes, donde se desarrollan las reunas, van desde el clásico y contracorriente jirón Quilca (que oculta en sus balcones de ornato colonial las más inverosímiles reuniones de alto calibre juerguero) y alrededores, hasta los distritos emergentes (entiéndase, conos) que nada tienen que envidiar a nuestros los barrios modernos. Marco Polo, sobrenombre de un cosmoamericanizante, tiene una casa inmensa en Comas (incluso, hasta más grande que el de la tía Margarita), súper amoblada y llena de toda clase de lujos -billas, gimnasio y hasta un cuarto oscuro para fotógrafos. En fin, así han transcurrido mis últimos meses. Como verás, he estado distraído, por lo cual agradezco mucho. En este mundo nada derriba más al hombre que el aburrimiento. Por si acaso, sigo en el proyecto de la revista que ibamos a crear con Mocho, y que aún requiere de un ojo crítico musical que es donde entrarías tú, esa nimiedad si se puede hacer por correo. Ya tenemos auspiciadores y por lo menos habrá un tiraje de 4000 (verdadera hazaña para iniciar una revista "juvenil"). De veras lamento no haberte escrito antes, pero me gustaría también percibir reconocer cierto interés de parte tuya, Ricardo. Como te digo, el mensaje escueto que mandaste no llenó mis espectativas o, mejor dicho, no te representó (por lo menos no en el juego de correspondencias). Sé que lo haces mejor. ¿Llamadas? Ni lo intentes. Cuando hablamos por teléfono hace tres semanas sentía que cada segundo se hacía más insoportable. Debo ser honesto, personas como nosotros (tú sabes que detesto excluirme de ese modo, pero no me queda opción) no sirven para las tecnologías de información. Nos resulta mejor la pluma y el papel. La espera y decodificación de un universo plagado de experiencia que implica una carta. Una senil y desvencijada carta. Que es la que espero recibir de ti, comenzando justo desde ahora.

Tuyo siempre,
Ratatouille.

sábado

Xuxuwasi Chronicles Photo Party I


El chuchuhuasi es una sustancia ponzoñosa que corrige las irregularidades menstruales y la tristeza y desamparo de los pueblerinos huaracinos; además, se jacta de ser un potente afrodisiaco, según me acabo de enterar. Como sea, para mí es, simplemente, la forma más grotesca de alcohol barato que existe. Es por eso que, Dave, fornicario hijo de ministros, músico y cuy sonriente, designó las etapas chuchuwasanas antes de que, calin, con un miedo de colegiala virgen en telo de "sábanas blancas", probara el trago y se animará a dar un segundo viaje. Así empezó todo...

Chuchuhuasi.

Hace unos días hablaba con Cexi sobre la necesidad de amnesia voluntaria en diferentes situaciones -en algunos casos, como el mío, en la vida entera. Una de las salidas cobardes y sencillas (sobre todo, cuando hay dinero) es viajar. Viajar, flotar y respirar es un lujo que Lima no se permite. Pero Huaráz sí. El ciclo pasado, alisté maletas y viajé sin aviso alguno apenas terminé mi último examen final. Fue tan rápido que en el bus yo ya vivía mi amnesia simulada. Viajé con un matón, que consideré mi amigo, pero que ya no veo por distancias, digamos, más mentales que físicas. Aunque de todas maneras tengo que agradecerle porque las fotos que tomé son de su cámara y me las acaba de pasar para hacer oficio de fotógrafo amateur (no creo que sea una etapa). En fin, con Placebo en los oídos, y un borgoña helado que tomábamos de pico, enrumbamos al norte. Qué bonita sensación recordarlo. Antes de cerrar los ojos, pues viajabamos de madrugada y estaba cansadísimo, vi la decadencia capitalina por última vez. Nada más figúrese, querido limeño, abrir la cortina del bus y ver las luces calamitosas y el bullicio de Puente Piedra con el aire alcoholizado y las combis hacinadas en un pequeño espacio obligado a paradero, escoltado por gritos grotescos y silbidos aberrantes con el fondo de música de Agua Marina y demás. No me malentiendan, me apasiona la cultura popular, pero es bueno darle descanso a las sensaciones de vez en cuando. Cuando desperté, la imagen fue distinta. Recuperé color...

El guardian entre el Centeno (versión Warás city).



No saben cómo sentía mi sinusitis agradeciendo el aire puro. Purísimo, tíos. Llegamos a la casona de mi tío, y nos instalamos inmediatamente en unos cuartos dignos de paladines campantes. Danny, un primo hermano, de quien he escrito cuentos infames en talleres literarios, nos acogió e hizo de guía toda la semana que estuve ahí. Realmente, ese sujeto es una persona desértica. Puedes admirar su vida como un cuento lineal, pero finalmente aporético. Su historia me provoca una extraña fascinación: vivió conmigo en Lima durante toda mi niñez y parte de adolescencia, y siempre, a pesar de que era parte de la familia, sentí que se consideraba extranjero. Era, como dice el cliché, un extraño en su propia tierra. Como sea, Danny nos llevó a unas montañas, dignas de Tolkien, en donde, junto con una pelota de fútbol (no es necesario mencionar, creo, la tendencia pichanguera de ese lugar), empezó una nebulización natural que me redujo 50 años de edad en el rostro. Trotar en las faldas de esos dioses mientras el sol declinaba fue más que saludable, simplemente, majestuoso. Nos perdimos en la zona de los llamados pishtacos y aprovechamos para tomar fotos en sus guaridas. Había restos de animales, fuego, alcohol y ropa, pero como aún no oscurecía podíamos merodear el lugar con maleducada curiosidad. Obviamente, el cuento de los pishtacos obedece a una cruel tradición espanta turistas, pero con imaginación podías sentir las degollaciones que estos seres calculaban al mismo estilo slasher de Argento. Para escuchar historias sólo hacía falta un movimiento de cuello. Las nubes contaban cuentos, susurraban pasado y gloria, lloraban de angustia.


Stairway to Heaven.


Terminamos en una chacra ajena, pisando sin darnos cuenta la florecida cosecha de un lugareño, mientras se iniciaba una discusión de dónde se encontraba la dirección de la Plaza de Armas de Yungar (pueblito en donde estábamos instalados). La imagen, al darme cuenta del hecho, me recordó un discurso de Velazco que ya no tiene importancia. Estabamos encerrados. Grandes fortalezas de adobe cubrían las periferias de lugar de no ser por un riachuelo que nos indicaba, al alzar la mirada, una dirección a una pista principal (que nos serviría de guía para llegar a casa antes que anochezca), y que ya nos disponíamos a saltar -sólo para realizar una versión más de la caída de Edgar, supongo. Al instante, y salvándonos de un desatino más, apareció el dueño de esos terrenos para indicarnos una salida más efectiva: la puerta trasera de su casa. Lo que me deslumbró fue la amabilidad del tipo y de esa comunidad entera. En un barrio "urbanizado" como en el que vivo, saludar significa debilidad: nadie se conoce, el individualismo es casi ideología y no imagino a mis queridísimos vecinos aplicando la Ley del Burro ante una amenaza delincuencial. Saludar, en los pueblos andinos, es deporte, coqueteo social (y hasta existencial), equitatividad y alegría. Todo el tiempo que duró el camino para regresar me pasé saludando a todo el mundo. Sus respuestas afectivas me hicieron llorar. Llegamos a casa y un café caliente ya nos esperaba, junto con Spike, perro con cara de Balrog y mascota predilecta de ahí, que insistía en que le convidemos el abundante pan serrano que devoramos sin compasión alguna. Una ambrosía total esa noche. Acabamos el borgoña y bajamos a jugar póker, en donde creo perdí mucho dinero porque luego no me quedaba nada en los bolsillos. Ese día, el primero, se asemejó mucho a una entelequía que, definitivamente, buscaba luego de un ciclo pesado (aunque no tanto ya que nunca estudio, como dicen por ahí). Antes de dormir, repasé el Abril Rojo que leía por segunda vez, y me pregunté sobre cuánta sangre caminan mis zapatillas, tajeando memorias y amores. Qué tan frecuente es el olvido en una tierra que se deshace. No reflexioné mucho, sólo escuché Jazz con DirecTV y soñé con los pishtacos, devorando con delicadeza a los culpables de la mala suerte.

Casa del Pishtaco ultrajada.

Como habrán notado, no son estás líneas algún intento por hablar del xuxuwasi -aunque, ciertamente, en los siguientes relatos, estaré dando indicios para que vislumbren esta cosa que titula mi blog y que promete un final febril-, es más una crónica (que quería hacer apenas tuviera las fotos en mi poder) del viaje que hice a Huaráz hace medio año. Además, estoy sumamente picón porque todo el mundo se simplifica la vida viajando y yo, por misio y huevón, me quedaré en Lima. Pronto la segunda parte. Bajen la música de The faint. Está rebueno. Visiten el Perú.

martes

Inefables

Artbabyart

No puedo escribir ni mierda, tengo que deshacerme de algunas cosas y volveré a los business. Por lo pronto, cuelgo un poema que escribí a los 16 años, saliendo del colegio. Perdonen el berrinche del asunto y, sobre todo, del poema. Era lo único que sabía hacer. Ahí va.


Soluciones de un faltoso

¿Dónde estás, felicidad?
¿A dónde te osas ocultar?
¿No era éste el final,
de mi suelo sin hogar?

¿Dónde estás, felicidad?
El dolo no me deja respirar.
No eras tú la realidad;
de la vida, su despertar.

¿Dónde estás, felicidad?
Ya me cansa acosar.
Sólo cubre esta turbiedad
con tu intensa claridad.

¿Dónde estás, felicidad?
Deja ya de retozar.
¿Acaso no logras ver hacia acá?
¿Acaso me pretendes olvidar?

¿Dónde estás, felicidad?
Ya no me atrevo a preguntar.
Cuestas lo que cuesta la eternidad;
corre, otros te han de necesitar.




= [sin miedo a las leyes métricas]

miércoles

Idiotizado

Damien Rice - I remember.mp3

- Ahí estás
- Hello, handsome.
- Te veo radiante, ¿por qué no estabas así cuando te fuiste? Hubiera sido menos doloroso.
- Ay, niño terrible. Te veo más alto.
- No, ahora ya no me encorvo.
- Vamos a ... Yo invito.
- ¿Habrá chocolate?
- Estoy saliendo con alguien.
- Sabes que eso no me importa.
- Pues debería, si te importo.
- Me importas. Y mucho. Pero el cojudo ese me tiene sin el mayor cuidado. Por lo menos, toda esta tarde, eres mía.
- Ja ja ja. ¡Cómo hablas!
- Llamarte me costó mucho, ¿sabes?
- Tú sabes que siempre te voy a extrañar.
- Oh... ¿Desde cuándo la ternura es uno de tus atributos?
- Tengo muchos; y tu lo sabes muy bien.
- Cierto: nunca estuve más cerca de ti, como cuando estaba lejos.
- Mira, no me vengas con esa mierda, ¿ya? Eso nunca me gustó de ti.
- ¿Qué cosa?
- Es curioso. Amaba tus labios. Es más, si los probara ahora, cosa que no haré, los seguiría amando. Pero tus palabras pueden ser tan... nocivas.
- Es mi único recurso, tú lo sabes bien. Pero jamás podrás dudar que me moría por ti.
- Uhmmm.
- Me dejaste harto material para escribir.
- Y sigues con eso. No tienes por qué divulgar todo lo que te pasa. Yo también te quise, y mucho. Tú fuiste... diferente.
- Pero jamás resultó.
- No era tiempo.
- ¿Alguna vez lo será?
- Siempre lo es. Dime una cosa, ¿por qué crees que recibí tu llamada?, ¿y por qué crees que siempre las espero? Me emocionas mucho, aún.
- Yo la verdad... te llamé porque estaba aburrido.
- Ja ja ja. Y sigues con tu mierda. ¿Ya ves? Hasta en una relación, mi vida, es necesaria la mentira.
- Pero cuando te puedo ver, recuerdo cómo me hacías sentir. Y se siente agradable... aún.
- Lo que más lamenté de todo... ¿sabes? No fue dejarte.
- ¿Entonces?
- No haberte cogido.
- Ah.
- En serio, quería hacerte el amor. Aún quiero hacerlo. Y yo sé que tú también. Todavía pienso en ti cuando...
- Te coges a otros.
- Sí.
- No podía hacerlo. Y no podré hacerlo por la misma razón.
- ¿De qué mierda hablas ahora?
- Estoy completamente idiotizado con una chica. Tengo miedo y esperanzas a la vez. No creo exagerar cuando digo que estoy enamorado. Es grave la situación.
- Ah, esa mierda.
- Sí, la más linda mierda.
- ¿Y ya sabe que existes?

...

domingo

¡Oh Elbereth!

Blind Guardian - Lord of the Rings.mp3
LOTR (OST movie) - Rivendell.mp3

Hace dos semanas estuve encerrado en casa por recomendación de mi doctorcita linda. Aprovechaba para revisar el cuchitril que es mi cuarto e intentar ordenarlo. Me encontré con música, apuntes de libros y artículos, cartas oxidadas y sin valor, cremas que vencieron hace mil años, grabaciones en cassettes, partituras que nunca a aprendí a leer... en resumen, toda clase de objetos dignos del Hogar de los Mathoms. Pensé que no podía aburrirme más, pero no sucedió así. Una luz de la llama de Anor iluminó la resequedad dicromática de mi alcoba. Encontré a Tolkien empolvado, y su pasta dorada, como una fuerza intempestiva, se manifestó, seductora y terriblemente, atrayéndome a él sin posibilidad de retorno. Y junto a él, una apoteósica era tan cercana y lejana a la nuestra. Una revolución, según C. S. Lewis. Un inicio tan desalentador como lo es la imaginación, tan fabuloso como un cielo despejado, tan inhóspito como el bien.

No me despego de él, y, como me dijo alguien, me aferro de modo autista a algo más que ayuda a creer que existe algo mejor: ¡Oh Luz para nosotros, peregrinos en un mundo de árboles entrelazados!

miércoles

Ocinaba

Lovers. René Magritte.

Trataba de leer en la biblioteca (tengo un control de vida o muerte mañana) y nuevamente me ocurre. Es desastrozo pensar que ni siquiera "presionado" puedo tener ánimos para leer. Concentrarse es un ejercicio torturador. Yo no puedo hacerlo. La gente para reprochándomelo y ya empiezo a creer que es grave. Leo en el tercer piso de la biblioteca central, donde hay asientos grupales y siempre tengo que distraerme con la persona de al lado. Y no me refiero a fijar la mirada en algo específico del vecino lector, sino que les hablo. Por Dios, tanto ellos como (supuestamente) yo, estamos en la biblioteca por un motivo y definitivamente no es para hacer vida social.

Este último hecho es algo contradictorio. Es decir, como dijo una vez Hiel, puedo ser muy sociópata, pero esto bordea sólo los nicetomeetyou. Con gente desconocida puedo mostrarme deshinibido, confianzudo y hasta empático. Supongo que porque aún no los he decepcionado. Luego se me hace difícil continuar, sobre todo, si la persona lo amerita (vaya mierda selectiva que salí, ¿eh?). Es yucaza, tengo el talento de espantar a quienes más me interesan. O, quizás, ellos no lo vean así, sino que yo soy el del rollo -palabras insesantes de mi psicóloga. Hoy me pasó con la baby, es que es tan llamativa. Es un cuerito andante. Hablé pavada y media cuando nos encontramos en la Cafeta. Menos mal que pasó Viruta por ahí y me rescató de lo que hubiese sido una charla caótica de cojudeces potenciales.

Con la niña que va a Sociales (que conocí en el Británico), empezó, luego del roche, en plena biblioteca, una inagotable función de chismes acerca de ese imbécil profesor de Filosofía que detesto y que ahora le enseña. La temática era qué cachimba es, por el ciclo, víctima de sus armas filosofastras libidinosas. Más lo último que lo primero. Qué asco.

martes

Terapia

Ew. Jugando con el vello púbico.


Estos días han sido particularmente divertidos, me comuniqué con una amiga/amigo que no veía hace mucho: Pila, quien me ha hecho reir nuevamente con vulgar desenfreno. Ayer nos encontramos, solo para robar una chompa bastante abigarrada, por no decir grotesca, de Hello Kitty, probablemente para trapear el vómito o la sangre que derramamos intencionalmente con fetichismo enfermizo. De más está decir cómo me alegró el día (qué rayos, la semana) verla comer pasto, ultrajar a Mila, morderse el pubis y joder a medio mundo sólo para reir enardecidamente. Hasta le acepté un "almuerzo" en Mundo Light, imagínense... yo, el que escupe colesterol y amante de grasas trans. En fin, menos mal que grabamos un par de videos (que no dejo de ver) que me destrozan el estómago a carcajadas de todo lo que hicimos. Espero que no me denuncie por difamación, que tanto está de moda, y que ya algunos quieren hacer.

Por otro lado, he salido de casa luego de tres días de encierro involuntario (descanso médico), he sacado buenas notas en Filosofía Antigua (cosa increíble pues jamás leí ningún Diálogo platónico que se me pidió, sino que todo mi examen está resuelto en base a un video educativo de YouTube), he andado con gente que me ha hecho recordar que somos amigos, Koala me visitó, Alienjo aceptó ser filmados este fin de semana con su novio la ardilla, me he mudado a Hobbiton y hasta he actualizado el blog -señal de que las cosas andan bien. Por lo menos, 'aparentemente' (como diría mi tedioso jefe de prácticas de Filo). Aún así, soy muy consciente de que ya me toca salir de la caverna pero me da miedo aún. Sé que, cualquiera sea el resultado de mis decisiones, será muy doloroso ver la luz. Es más, creo que hasta insoportable y corro el riesgo de quedar ciego. Por lo pronto, agradezco mucho a Dios todo lo que me toca vivir ahora. Sé que me alejo de su voluntad cada día, pero parte de su voluntad es mi libertad... y eso me alivia. Ahora, quiero dejar de estar embebido, lo cual va a requerir harto esfuerzo.

Esto ha sido parte de mi ocio semanal (sí claro, y a ustedes les interesa harrrrto). Dejo canciones de Portishead que colgué hace 2 semanas junto a un cuento. Al parecer, hirió la susceptibilidad de alguien y lo borró inmediatamente. No l@ culpo. Además, me da pereza buscar otras canciones.

viernes

Useless

insight-nyc.com
Goldfrapp - Utopia.mp3
Goldfrapp - Strict Machine.mp3
Garbage - The trick is to keep breathing.mp3

Estaba soñando con el departamento donde vivía de pequeño, cuando fui interrumpido con aspereza por mi madre. Normalmente, lo hace para avisarme, mejor dicho, exigirme la puntualidad académica que, obviamente, no tengo. Pero esta vez era diferente. El tono de su voz manifestaba recelosa urgencia, aquella que indica imprevistos de atención inmediata. Eran las 4:oo am.

Era Perry, un ancestral amigo que no veía hace mucho. Esto, gracias a un silencioso y mutuo acuerdo, porque, a pesar de que nos distancian diez minutos, no existe relación amical debido a ciertos "roces" que ahora considero estúpidos. Al verlo me convencí de lo irreparable de la situación. Creo en la amistad y la incondicionalidad que ésta conlleva. Así como, a pesar de que (en su mayoría) son mis amigos quienes suelen tratar de ayudarme, yo también creo poder hacer algo por ellos. Es simple, en esa ocasión, yo no estaba preparado para lo que vendría. Le habían robado la casaca, las zapatillas y todo el dinero que cargaba. Había sido golpeado, también, para ese objetivo.

Perry andaba de parrandas revolcándose en lo que cierta gente podría llamar escoria juvenil (o sea, donde corre de tooodo), pero que bien para uno puede ser una aliviosa salida de lo angustiosa que puede llegar a ser la vida. Cuando la soledad, el desamor y la mala suerte golpean con tal fiereza sin residuo alguno de compasión, vivir al margen de la vida no tendría por qué extrañarnos. El asalto que había sufrido no era nada comparado a su estado como persona. Él estaba hecho mierda.

No puedo narrar cómo Perry llegó a ser lo que es, estoy seguro que más adelante lo haré dedicándole las páginas que realmente merece. Basta saber que su padre está a cargo de una multitudinaria iglesia, su madre es la amabilidad en persona y sus hermanos estudian tanto acá como en el exterior. Como dicen... pasa en las mejores familias. Ni los veinte soles ni las Converse que le di compensarán lo que él me regaló una madrugada nebulosa y fría: utilidad. Por ahora eso es lo que más creo necesitar. Ya no un abrazo pasajero cuando me siento mal, sino confianza en mí para exigirme un lugar, unas zapatillas y, sobre todo, saber que, sin importarme el sueño o la comodidad de un cálido mueble, estaré ahí para agradecerles la confianza. No me importa ensuciarme con su mierda.

martes

Vértigo

fernandopintado.com


Existe un fenómeno genético que me resulta bastante triste ahora que lo pienso. No sé si han dado cuenta de los fines de año en que uno puede borrar apuntes mal hechos y pasarlos a limpio. Mejor dicho, botar y comprar algo nuevo en lo cual uno puede fundamentarse a uno mismo (y cuantas veces quiera). Esta tendencia "agendística" trata de los nuevos inicios. De la recreación de las situaciones, incluso a nivel cósmico. Uno tiene el total beneplácito de la fecha -31 diciembre- para recomenzar, dice la tradición.

En mi caso, uso los lunes porque mi inconsistencia hace que mis inicios sean constantes. De ese modo, tengo mucho que reiniciar semanalmente (lo haría a diario o a cada hora pero eso me volvería más demente aún). Lamentablemente, esto nunca funciona. Nadie recuerda un año (mucho menos una semana) de tu vida, sino que, lo hace enteramente. A pesar de que dependía de mis lunes, ahora los detesto y me estoy deshaciendo de ellos. Cuando los tenía podía dibujar y narrar universos utópicos en los que todo marchaba bien. Pero esa es una patética mentira. La verdad es que no existen las cosas nuevas.

Vivimos arrastrando lo que dejamos caer (amistades, oportunidades, objetivos), si creemos en los inicios estamos ignorando parte de nosotros. Es fácil hacerlo, y bastante conveniente; pero el resto siempre fabrica sus ideas acerca de nosotros de acuerdo al tiempo que pasamos con ellos, ya sean agradables o desastrozos, así también como cuentan nuestras ausencias. Simplemente, creo, se debe guiar la mirada al presente y si es posible pedir perdón por lo que uno es. La gente cambia, ese es un don divino, pero no un inicio. Cambia de acuerdo a lo que uno es. Lo que hemos sido, es lo que somos, dice Dream Theater, o para los más desorejados, Alejandro Sanz.

jueves

Sánchez


"Felices, dieciocho, Carlitos.
Perdón, usted ya es un señor.
Nuevo señor Sánchez
(tío Cómodo, 2006)".

Ay! las reuniones con los Sánchez. Ilustres que no lloran y ríen mucho. Nobleza que domina el "mundo" -que consiste en sus mujeres e hijos- con alto grado de rebeldía, escasez o divorcio. Hidalguísimos corredores que suelen pasar la posta de éxito a las últimas generaciones condenándolas a estar en el ojo de quienes nunca llegaron/llegamos a ser mucho. Así son ellos. Ortodoxos, compañeros, reaccionarios, machistas, amantes de Lucha Reyes y un buen cebiche los fines de semana y, sobre todo, gente de familia. Esto último, quizás, lo único rescatable. En fin, sus coloridos concilios pueden llegar a ser muy divertidos. Pero esto sólo se percibe las cuatro primeras veces. Luego se convierte en una rutina de loas al honor del apellido y burlas desenfrenadas al resto (el populacho). El espectáculo es esencialmente asqueroso, pero divertido si se mira desde una puesta en escena. Un guionista de teatro de burguesía parodiada podría recibir harto material de tan singulares tertulias. Finalmente, sin embargo, la temática familiar es la misma que en todas: regodeos, zalamerías, presunciones... toda una mascarada renacentista.

Nestor Sambolín. Cartel serigráfico. 1980

El día que cumplí 18, luego del tedioso discurso familiar, los tíos, sin permiso de mi señora madre y, por supuesto, con el consentimiento del señor Sánchez (o sea, su silencio) sacaron el trago. Se sentaron y degustaron frente a la mesa del patio trasero. Las duquesas, obviamente, ocupadísimas en la sala compitiendo por cual de los hijos lleva la mejor educación hasta ese día. Nosotros, los jóvenes, buscando con desesperada sutileza un interés común para pasar el resto de la noche. Así el día se agotaba, como los ojos de los bebedores, quienes milagrosamente reproducían más alcohol y poblaban la mesa de tristes botellas vacías. Fue entonces que un halo sorprendió la criolla monotonía: decidí darles una oportunidad más para convencerme de que valía la pena llevar su apellido. Me senté con ellos y mis primos.

'El Perú es el peor país -no se puede vivir tranquilo acá', fue la frase que, complementada de un rudo sorbo de alcohol, definió a mi tío Lucas y su patética pero real afirmación. Fauccet (mi primo) y yo, estábamos ya en la Católica y, con la vaaasta y humaniiiista educación que ahí se ofrece, no podíamos permitir que Lucas se epresara así: recurrimos a nuestras armas argumentativas. Tío Cómodo sólo observaba, cansino, reflexivo -cuando abre la boca su capacidad retórica es simplemente impresionante. Por su lado, tío Jonás, esperaba que todos expongan su postura para que al final, como el gran profesor de lengua y literatura que es, pueda cerrar la conversa con su facilidad de síntesis. No es complicado advertir que cada uno tiene un papel reservado en la escena, lo cual es repugnante. Como sea, luego de verificar conflictos sociales, fenómenos económicos y putrefacción política que nunca cambian, como el cachimbo cojudo que era (ese que quiere salvar el mundo por ver Diarios de Motocicleta), y al ver la conclusión de que lo mejor era salir del país -de hecho, media familia ha optado ya por eso-, se me ocurrió la estupenda idea de jugar a Haya de la Torre y decir semejante idiotez: Yo me quedo en el Perú, porque sé que puedo hacer algo por él y no huir, sino ser parte del cambio que todos anhelan, pero que pocos se atreven a realizar.


Un poco más y todos se levantan de sus asientos con pañuelo blanco en mano gritando al unísono SEASAP!! Las felicitaciones no se hicieron esperar. Todos hablando del nuevo presidente Sánchez con su régimen, esta vez, democrático para ponerle fin a tanta corrupción. Yo sólo podía darme cuenta del gravísimo error cometido y quería vomitar. Mis primos mirándome con miradas lastimeras y a la vez con alivio porque era el turno de calin para ser la nueva imagen de los Sánchez. Y lo peor de todo: yo mismo lo acababa de confirmar.

Es obvio que nada de eso funcionó. Es más, yo renuncié al cargo (de presidente o de Sánchez, da igual) ese mismo día. Con respecto a mi opción de permanecer en el Perú, me mantengo. No pienso irme, por lo menos no ahora. Pero no porque pueda hacer algo por el país, sino porque el país ha hecho mucho por mí. Por otro lado, a pesar de que no me considero nada Sánchez, los estimo mucho. En realidad, iba a decir que me son totalmente indiferentes pero con la éterea melodía de Trespassers William (que hace dos horas vengo escuchando) es imposible el desdén. Además, el tío Jonás está próximo a casarse y un nuevo Sánchez se alista para dar su aparición. Que pena por él, pero así es la vida, a todos les toca y yo ya me zafé. Ahora es mi turno, según la tradición, de burlarme de la pobre víctima. No más. = )

martes

No llores por mí, Madrid

Buena Vista Social Club - Amor de Loca Juventud.mp3


Voló el bebé salsero. A perseguir sus sueños. A corretear a paso candela las jugosas curvas caribeñas. A crearse una vocación. Mi buen amigo, Luchin, volvió a Madrid ya hace una semana. Su ausencia se siente porque me aburro cada día más y mi número de llamadas se ha reducido en un 50%. Ya agne fue testigo de cómo solíamos pasar el tiempo en un espectáculo poco agraciado, sin noción de censura, y con nula decencia. Para su mala fortuna, esa ensalada rusa la hizo, creo, vomitar. Como sea, sólo espero que esos dos años que le tomarán para juntar suficiente dinero para hacer nuestra empresa de cine porno pasen pronto. En lo que respecta a mi persona, espero ser menos ocioso y ponerme a estudiar, porque andar vagando ya se ha vuelto casi folclórico en mí. Y en cuanto a ustedes, no me echen tierra si los molesto mucho y los persigo a todos lados, ya saben, un clavo saca a otro y la depre pasa pronto. A ver si aprenden a bailar y son medio mariconcitos para hacerme sentir mejor. Haha.

Por cierto, me invitaron a hacer un meme -sí, yo tampoco sabía que rayoOos significaba. Consiste en decir 6 cosas que te gustan y otras 6 que no. Luego invitar a otros 6 bloggers a hacerlo via comment (yo quise hacer uno de 6 personas que deseas con furia y otras 6 que no, pero será para otra ocasión). Lo siento agne, no conozco muchos bloggers (y casi nadie lee mi blog), así que no puedo hacerles la invitación. Pero a ver si le ruego a uno que otro por msn y, da por hecho que te regreso la invitación. XD Bueno... aquí vamos.

(+)
-La música: Sin música te deshumanizas.
-Escribir/Leer: No existe uno sin el otro.
-La amistad: Aunque estoy en proceso de redescubrimiento.
-Bailar: La mejor terapia -aunque lo hago desastrozo.
-La mujer: No importa por donde las veas, son divinas (y siempre mejor que los hombres).
-La comida: Al carajo, mejor la comida que la mujer ((broma)).

(-)
-La violencia: Se me hace agua el poto siempre que veo violencia.
-La injusticia: Peruanos, ¿debo decir más?
-La intolerancia: No somos iguales, somos mezcla.
-La mentira: Mi peor demonio.
-La soledad: Antes de morir quiero cantar mis versos del alma -Guantanamera (8).
-Las ciencias: Soy consumidor... siempre.

Invito a agne, %$&·$,%& y ·$%·$%... hehehe

*Para bajar los mp3, dale clic derecho al link y, seguidamente, Guardar destino como...

lunes

Brillo/Exceso/Pudor


En situaciones sociales, cuando ciertas frases o acciones quiebran extrañamente lo corriente, se busca justificación inmediata para sumergirse nuevamente en lo recatado, en lo cotidiano, en lo cortés. Expectorar lo que puebla nuestra mente en cualquier momento revela un lado poderoso, latente aunque insólito de nosotros mismos. Normalmente, cuando cometemos este error, el olvido es el siguiente paso: se evita pensar en tal exceso porque podría arruinar lo que se quiere construir en el acto comunicativo: la relación. Siempre se sigue la misma pauta con los excesos: de eso no se habla, de eso se prescinde. Estos actos, de no ser omitidos o retractados, contienen un volumen tóxico que puede mortificar al receptor de distintas formas. Pocos se detienen a pensar en aquello, en lo "sobrante", como algo natural (propio). Algo natural, que es tomado como un error, como un advenedizo en la comunicación. Escritores, artistas, idiotas lo perciben: es su recurso. El resto, como los llamaría Mark David Chapman, los 'phoney', sencillamente califica a quienes evitaron la contención de 'raros' (weirdos, en otras latitudes) o peligrosos. Esta gente quemada muestra un "inofensivo" sentido de falta de pudor.

(Luego de una reunión)
-Hola, Chicho. Hace mucho que no te veía.
-Hola. Sí.
-Y... ¿cómo estás pes? ¿Qué cuentas?
-Ahí, todo tranquilo.
-Ah... qué dice la familia?
-Bien, bien.
-A ver si un día de estos nos juntamos y buscamos a Pepo para conversar sobre los viejos tiempos.
-Sí, claro.
-Eh... bueno...

...

-Y, ¿ahora qué?
-¿Ahora qué dirás?, ¿ahora que debería decir?, ¿ahora se acabaron los recursos?, ¿ahora que quiero que te vayas y no la agarras?, ¿ahora que me importa un carajo todo esto? ¿Qué 'ahora' quieres saber?


Todos necesitamos y usamos esa habilidad: la contención (o pudor). No resultaría agradable la irrupción de nuestros secretos. Todos los tenemos, así parezcan absurdos o insignificantes. Nadie vive sin ellos (como diría Winnie). Ahora, la sobrecarga de secretos hace que el pudor explote, cual olla a presión elevada al grado máximo provocando la liberación de esa mordaza natural. Recorrer esa inmensidad en otros (o sea, inquirir en lo imperceptible de la persona) puede ayudarnos a comprender la grandeza de la humanidad, pero también implica enfrentar mil peligros de los que no hay vuelta atrás. Eso oculto, eso excesivo, es lo único verosímil de las personas. Todos vivimos en ficción y no cualquiera puede (o debería) leer la novela que somos. Mostrar fragmentos puede resultar riesgoso, así sean minúsculos o gigantescos.

*ClubCultura.com

Escribo todo esto (ja) porque la semana pasada pasaron Pudor en Cinemax. La película de los hermanos Ulloa (acá el comentario sobre su película) basada en la novela con el mismo nombre que leí hace 1 año de Santiago Roncagliolo. Ya el autor de Bombardero -novela que muero por leer, pero que creo me dará muerte al leerla-, César Gutiérrez, ha dicho que Roncagliolo es el "Arjona" peruano, quizás por su talento de crear historias cálidas y universales, así como por su éxito en menciones y premios (mejor dicho, comercialidad). Al leer la novela tuve una sensación de familiaridad y compasión. Tanto conmigo como con los míos. Roncagliolo tiene un lenguaje detallista y digerible, mezcla que envicia en su totalidad. Hablar de Pudor resultaría incómodo e innecesario, recomiendo esa novela. No todas las obras de Roncagliolo merecen mención, creo. Por su lado, la película acierta mucho en la historia. A pesar de no estar "íntegramente" completa en casos como el humor negro, la censura en ciertos episodios y el final distinto, se trata de una adapatación bien lograda. La historia se acumula en lo indecible pero no llega al hartazgo -todo sucede en la cotidianeidad. La música, la fotografía, los diálogos, los silencios coinciden con la desazón de los espectadores, regalándonos los respetuosos respiros en los cambios de escena. En fin, también la recomiendo. El comentario de los directores, que describe mejor que nadie la intención del tránsito de relato a cine de Pudor, puede encontrarse en la página oficial de la película. Acá los cito:

Ese "pudor", verdadero protagonista de la historia, hizo que la contención surgiera como algo natural, como si nos azorara absurdamente y tuviésemos que pedir perdón cada vez que colocabamos la cámara, cada vez que la música sonara o cada vez que algún personaje levantase la voz. En el mejor de los sentidos, el pudor nos maniató y nos mostró la clave para contar esta historia.

Se piensa, a menudo, que no existen excesos entre personas muy allegadas (familia, amigos, parejas). La amistad y el amor sujetan lo inasible, dicen. Una pareja romántica que desdeña lo sensible y lo real para reemplazarlo con la alianza de un aro matrimonial. O dos amigas que hacen un pacto de sangre con sus fluidos menstruales. Esta película se encarga de mostrarnos que (el) pudor llegó para quedarse.

*Natalia Rodríguez (la chica de la foto), quien interpreta a Marisa en Pudor, es formidablemente hermosa ;D

martes

El tópico bloguero: Calinadas 2

*La imagen es de Hiel.


Debo manifestar un infiltrado entusiasmo al re-iniciar otro blog. Es simple: deseo escribir porque me gusta hacerlo. Así como encontrar agrado al ser leído, sin importarme mucho si el agrado es compartido. Creo que las letras son un oficio sin asidero. Por eso, esta es una copia más de quienes pretenden usarla. Y aquí me encuentro una vez más -esta vez sintiéndome mejor que antes. Menos pesimista es la frase.

Voy a narrarles sobre mi disyuntiva en la elección de un tema para Calinadas2. Comentaba con un amigo sobre la creación de un blog. Tanto él como yo queríamos hacer uno, no el mismo. Le comenté sobre mi poco/nada exitosa iniciativa en la creación de otros. Él me preguntaba por el tema de éstos; los cuales fueron uno literario (narrativo), otro evangelístico y uno personal (el antecesor). Aunque tengo otro que escribí al salir del colegio porque extrañaba verle las caras a ciertos coleguillas a quienes prometí no ver jamás; además, me enamoré de Leslie y conocí a Paola. Suele pasar: Amor = Poesía barata. Finalmente, todos esos blogs, fueron incompetentemente tronados por mi... (cómo decirlo) celo subjetivo. Cosas mías que, vaya "sorpresa", resultaron sin interés para quienes cieeeeerta vez disfrutaron leyendo algo, por ahí.


-Wakala, yo jamás haría un blog sobre mis cosas: "Hoy me levanté y, de pronto, vi a mi mamá durmiendo en la mesa de planchar con la camisa de mi hermanito totalmente quemada y me dije... mi familia está quemada... bla bla". O, sino: "Ayer mi perro se subió a mi cama, se puso mi ropa interior y empezó a bailar al ritmo de Village People... hasta que me desperté, etc".

-Pero... tienes alguna mejor idea- dije yoOo.

-No sé. Yo haré uno con un tema específico. No hablaré sobre mí. Estoy harto de esos blogs.


Él está convencido de hacer un blog periodístico y me alegro por él. Esa intención es fiel muestra de su grado de madurez, así como de su afán vocacional [gran comunicador él, en serio]. Pero conmigo hay dos problemas -no digo que quienes escriban este tipo de blogs los tengan. Leí que los adolescentes (o, los aún no-hombres) tienden a buscar, en dicha etapa, su propio concepto pues la consciencia del yo está desarrollándose a mil por hora, y tal autoconcepto es idealizado mil millones de veces. Resultado de esa poco saludable carapulca es la realización del individuo, mejor dicho la percepción de la realidad en su compleja magnitud es posible -no siempre esto se da, como es obvio. Y, mis queridos, yo aún no percibo ni m... Ese es el caso. Con veinte años cumplidos, no tengo la madurez suficiente para considerarme estable en mis decisiones. Varios amigos son testigos y víctimas de ello.

Por otra parte, sé que suena puercamente presumido pretender que ustedes invertirán tiempo leyendo lo que escribo. Aún más tratándose de un tema tan ajeno y sin beneficio alguno paraa ustedes. Pero no se me ocurre mejor idea, por lo menos no ahora. Así que mi arrogancia está justificada, sólo miren a la mayoría de cachimbos o promociones de ahora y de siempre para convencerse de ello. Dios, !qué pésimo ejemplo! No estoy diciendo que soy un adolescente (mi hermana lo es) o un post-puberto (Hiel lo es), sólo que no soy aún un hombre "hecho y derecho". Y, por el momento, no me importa serlo. ¿Inmadurez + arrogancia = blog personal? !Qué se shoOo! Yo pienso subir experiencias, artículos, cuentos, música, imágenes, todo recurso que alcance en Calinadas2 (eso ya es decir mucho).

Mientras más continúo releyendo lo escrito líneas arriba, más convencido estoy de que las letras son quienes usan a uno, y no a viceversa. Éstas pueden sorprender, enardecer, descollar a un individuo, así como trastocar, malquistar y destruir a otro.

Los dejo con una canción de la Alta Sacerdotiza del Alma (el link de arriba es un mp3 descargable).

 
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