domingo

Bones

- Si te vas, yoOo te voy a extrañar mucho. Mucho.
- No lo dices en serio.
- Es muy serio. Es mas, ya te extraño de tan sólo verte ir al baño. Es más aún, te extraño teniéndote al frente. NoOo te vayas.
- Miralo de este modo: si me voy te escribiré todas las semanas. Y no me refiero a impersonales mails, Messenger, facebook, o esas nimiedades. Sino cartas de mi puño y letra. Las más hermosas del mundo.
- No es lo mismo. Prefiero tenerte cerca y que me digas hola y chao, a que me escribas la biblia entera. Me da coOolera pesar que te irás.


= O

sábado

PORK Co.

Experiment - Trailer Porkonoia (basado en el storyboard)

viernes

Paper Planes














Estas últimas semanas he tenido que lidiar con problemas que van más allá de mi nivel de madurez, ha sido muy angustioso (y eso que dejé las pastillas). He recorrido los salones de la ficción, de lo alucinatorio, de lo patológico, de lo romántico, de lo humillante, de lo verdadero. Todo ha sido muy rápido y no pude apreciar cada espacio en su complejidad. Sólo he podido vislumbrar cada uno, pero no conocerlos. Cuento con pocas armas ahora, ya que estoy sumamente expuesto y con frío. Ese flequillo que me dijeron me ocultaba como un pusilánime ha sido removido. Estoy mostrándome a la gente y no he tenido malos resultados. Al contrario, parece ser que la gente me encuentra agradable, sensación muy extraña, pero que me está tranquilizando. Ya no me siento tan cobarde, nunca me arrepiento de nada. Quizás mis armas fueron despojadas porque nadie merece pleitos, y así los busquen (eso es más que seguro), yo ya no deseo pelear. No después de ver, de lejitos nomás, el amor. Dudo que la racha dure, pero por ahora la disfrutaré. Además, aprendo rápido.

Fabián, el hijo de Paola, me ha deslumbrado totalmente, he podido llorar de felicidad después de mucho y, aunque es imposible, me ha gustado pensar que ha sacado cosas mías.

miércoles

Tarnation













"Carlos, la vida no es literatura. La literatura es fuego y tú te estás carbonizando".

Serio y angustiado, quise vivir la realidad nuevamente luego de escuchar esa inquisitoria sentencia. Así lo hice. Traté de despertarme temprano porque, en la vida real, el tiempo es oro. Traté de ir al gimnasio y hacer ejercicios cardiovasculares porque, en la vida real, tengo que fortalecer mi fallado corazón para responder mejor académicamente, evitar la ansiedad que esa anomalía produce y salvarme algunos años más de vida. Traté de estudiar bien mi libro de FCE porque, en la vida real, el conocimiento de un idioma me llevará a ser un profesional completo y, en lo sucesivo, me hará ganar más dinero. Traté de comer frutas y verduras porque, en la vida real, a la larga, eso va a evitar que las enfermedades actuales más macabras me ataquen, como siempre con facilidad, además de purificar mi piel y sangre, altamente intoxicadas ahora. Traté de ver todos los noticieros y comerciales que pueda porque, en la vida real, aunque el periodismo peruano no sea el más decente ni informativo y la publicidad carezca de contenido conceptual, como futuro comunicador debo conocer los mecanismos aplicativos que dinamizan su estructura y definen su estilo, estilo al que, tarde o temprano, me debo adaptar para ser un pop más. Traté de encontrar un trabajo de planilla porque, en la vida real, a pesar del deprimente sueldo no hay otra manera de tener seguridad financiera, seguro de vida o CTS, y sin eso sería altamente irresponsable e inmoral traer hijos al mundo. Traté de sonreir a todo el mundo así no lo merezcan porque, en la vida real, todo se trata de relaciones porque, quien sabe, algún día pueda beneficiarme de alguno de ellos.

Lo intenté, lo juro. Pero, derrotado, prefiero ser cenizas ficcionales. Prefiero las mentiras prefabricadas.

"No puedo evitar reinventar la realidad siempre, porque eso me sucede desde que tengo memoria. Ahora que lo pienso, nunca viví un momento de realidad". Cuando vi los Súper Campeones, me convertí en un súper campeón: y aunque nunca campeoné en nada, me amaron en la primaria gracias a mis divertidas maniobras imitando con infantil vehemencia al capitán Tsubasa y todos me querían en su equipo sólo por mi "tiro del halcón", espectáculo que demoraba no menos de treinta segundos, en los que recordaba a toda mi familia y a la niña que por entonces me gustaba. Cuando vi A Beautiful Mind, muy joven, salí de la sala de cine convertido en matemático y estudié la dinámica rectora (equilibrio) de John Nash, todo el año amé las matemáticas y fui el mejor de mi salón y, por momentos, logré alegrar a mi padre. Cuando descubrí a Truman Capote, me convertí en el mejor non-fiction novelista del mundo, me decidí por la narrativa y, en las reuniones, muchos esperan que cuente anécdotas y demás, y yo amo hacerlo. Cuando mi primo me prestó un disco de Dave Matthews Band, me convertí en guitarrista y me reencontré con la felicidad, conocí a mi compañera y amante, de curvas perfectas, que se llama Sylvia y nunca más pasé una noche solo hasta ahora. Cuando vi los montajes de Quentin Tarantino y Gus Van Sant, me convertí en una cámara; ahora mi percepción se basa en tomas cinematográficas y mis ojos son lentes teleobjetivos que sólo ven belleza y se sorprenden a cada rato por los detalles del mundo. Cuando mi abuelita me iba a visitar todos los días a la piscina donde entrenaba, me convertí en el mejor nadador de mi clase y superé el record de 12 vueltas olímpicas sólo porque ella estaba a mi lado flotando, con una pandereta, recitando un salmo que me producía la sensación más cercana a la paz, cuando aún creía en los milagros, a pesar de que todos me decían que ella había muerto años atrás. Cuando me pasaron un cuento de Mario Benedetti, me convertí en un ganzo feo, aunque esta realidad no tiene tanto de ficcional, y me puse a la espera de mi ganza fea, que también me espera para sumergirnos en la oscura noche y la crepuscular sinceridad, cualidad que, en nuestra grotesca desfachatez y repugnancia, nos hará los seres más bellos del mundo, porque creo que lo único que importa en esta vida de mierda y de mentiras es decir y hacer lo que nuestro corazón nos dice que hagamos, sin censura, pena o verguenza.

Cada vez me alimento de más mentiras, unas profundamente dolorosas y otras, como las de arrriba, que me hacen evolucionar. Estas mentiras me hacen una persona honesta. Algunas de ellas se pierden de la memoria, otras se degradan, otras simplemente sobreviven y se congifuran verdades. Yo no tengo la culpa de que cuando cada persona especial pasa por mi lado, una canción o melodía característica no deje de sonar hasta que se vaya, pues algunos tienen soundtracks o bandas sonoras que me hacen identificarlas y amarlas. Yo no tengo la culpa de que cuando converso con cada persona especial, espectore citas de libros o guiones de películas que amo, porque la situación, a modo de un inexorable deja vu, lo amerita. Yo no tengo la culpa de mirar a las personas con mucha intensidad, porque me concentro en cada espacio que componen sus figuras, realizando todos los planos posibles para aprender como son y quererlos como son. Yo no tengo la culpa de muchas cosas, porque simplemente suceden. Así que, por favor, no me jodan, porque no puedo evitarlo. Así soy yo siempre: alguien más. Ahora no sé que libro leeré, qué película veré, qué canción me bajaré, qué imagenes contemplaré o qué persona conoceré. Pero hay algo de lo cual estoy muy seguro...

Nadie ni nada pasa desapercibido.

domingo

Siberiano













Todo es tan laberíntico. Y me rindo.

miércoles

Bite Me













The noisettes - Malice in Wonderland.mp3

Una vez, cuando tomábamos café en tu casa, mientras escuchábamos a The Smiths, y yo te decía que apagues ese ruido reverberante, que aburre, que me dejes tranquila leyendo a un Proust que jamás llegué a entender, pero en el que insistía para complacerte, me miraste, ocho segundos, y me dijiste que tenías oculto un auto y querías viajar conmigo, hacia cualquier lugar. Yo respondí que no. Que estás demente, que aún no tengo edad suficiente, que te amo, pero nunca tanto. Sonreiste y me dijiste que nunca entendiste a Proust, que querías escuchar a REM porque The Smiths te aburría y que detestabas el café.

viernes

Candyland












Les presento, con mucho orgullo, al chico Granada. Es un ser potencialmente autodestructivo, pero tiene un rango de acción muy reducido, así como su tiempo de vida. Por eso su explosión no haría demasiado daño. Sabe bien que moverse significaría dejar de existir. El seguro ya está en el suelo. Debe pensar, pero no mucho, pues pensar también lo mataría.

Así es él, instantáneo, efímero, irrepetible. Este mortífero símbolo tiene la urgencia de hacer algo para perennizar su estancia en el mundo, pues sus segundos ya están señalados. Él sólo quiere importar.

El chico Granada es un ser carbónico, tóxico, en blanco y negro, en un mundo coloridamente cruel. Tiene en una mano fuegos artificiales que representan que ya está preparado para morir y con su muerte, desea manifestar dos cosas: "¡Existí!, aunque sólo dos segundos" y "¡Te quiero! el espectáculo provocado por mi destrucción, será sólo para alegrarte, si aún estás cerca de mí". Él quiere morir con arte.

(Este fue un ejercicio de mi clase. Consistía en crear un símbolo que me identifique. A Carla le encantó).

sábado

Emily














[1] "Yo jamás podré ser una mujer virtuosa porque mi madre murió antes de mi primera regla. Soy muy cobarde para quitarme la vida, pero tú, niño, me haces reír". No entendí la lógica que encerraban esas palabras. Me puse a llorar, agazapado. Porque no supe qué hacer. Y nunca sabré qué hacer. Porque soy un mierda que se queja de nimiedades y le encanta el teatro. Me dicen que mi melodrama funciona en lo tierno, pero se queda en eso. A nadie le sirve un lánguido melodramático que se jura protagonista de todas las escenas. Además uno muy malo y con un talento mefítico.


[2] "Profesor Luis (a Luis Peirano), tengo la estúpida idea de que hablando con usted voy a poder saber qué hacer con mi vida". Sánchez, dedícate a las historias, dedícate a representar a esas personas que no pueden contar sus historias, amordazados, por la tristeza, por el dolor, que es justamente lo que veo en tu literatura. Sí, yo cuento historias.


[3] "Miren al fenómeno de circo, que puede ver con los dos ojos en ángulo de 180 grados. Miren a la ramera de mierda". Tú eres la mejor parte de mí. Pero, ¿por qué no me quieres, Carlos? Porque soy superior a ti. Yo no me he acostado con nadie. Yo no tengo esas anomalías. Además, tú eres gorda. Puta madre, eres la persona que me ha visto desnudo y no se ha burlado de mí. Te amo como mierda, pero soy el más grande cabrón hijo de puta, cobarde y cruel mounstruo. Yo quería una historia contigo, pero lo mandé todo a la mierda. No te invité a tomar vino, pero te amo. Te amo como no tienes puta idea. Pero ya es tarde. Conmigo siempre es tarde. Ahora tu voz está en mis pesadillas, ahora tu pelo me ahorca y no me deja en paz. Lo merezco, merezco morir como Sylvia Plath.


[4] "Amigo extraterrestre, yo te conozco bien. Yo veo dentro de ese caparazón, pregúntame lo que quieras, yo no te mentiré". Quisiera que estés cerca para que dejes de perder dinero en psicología barata. Y que tu mamá nos prepare ají de gallina y yo no pare de insultar a mi abuela. Esa vieja de mierda. ¿Sabes? Creo que me mudaré aquí. Acá todo es más claro y armonioso. Además la comida es buena y tu guitarra también, qué dices, ¿puedo vivir contigo? [...] Me gustaría viajar y jugar pelota con los sudacas, los mexicans en esos barrios populares y poder reirme al lado tuyo, sudorosos, compañeros. Te quiero mucho, perrita. Gracias por tus palabras. A pesar de que no te estoy prestando atención, tu tono de voz me motiva a ser mejor y salir del atolladero.


[5] "When the bad dreams wake you crying, I'll show you all love can do". Otra vez soñando con la niña azul. Es inevitable soñar con la niña azul. Creo que de todo el bodrio que habita en mi mente, ella es el único rincón de bondad que resiste a toda maldad. Ella me hace bueno. Y yo sólo quiero ir a Japón, subir las escaleras, y bajo un cielo de tungsteno, abrazarla y llorar, por que la vida consiste en llorar. Y con ella en mis brazos puedo llorar sin dolor. Sólo alegre, sólo feliz. Quiero verla, pero ahora no. No quiero que se averguenze de mí, ni se decepcione. Quiero llegar y que abra sus brazos, porque la necesito. Cuando llegue a ella, todo habrá termiando. Ella, su azul, es mi final.


[6] "Quiero formar parte de tu locura, pondremos nuestras almas en partitura". Cuando veo a las parejas caminando, un día tan cálido y especial como hoy, a los untuosos novios, galantes, enarbolando rosas y globos, desvergonzados, siento una nostalgia terrible. No te puedo mentir, Carlos, me gustaría estar con alguien más que contigo ahora, con Vanessa. Pero estoy contigo y te quiero mucho. No lo olvides nunca. Un día estarás en mi lugar y serás tú quien decida que hacer con tu tiempo y con tus talentos. No lo desperdicies. Cuando ames, ama hasta la destrucción.


[7] "¿Si te convirtieras en mujer, cómo te reconocería?". Debemos inventar señales muy propias por si acaso uno de nosotros se queda ciego. Te quiero mucho, amigo. Nunca te lo diré. Te admiro mucho y no quiero que te juntes con nadie más. Nunca te lo diré. Esta vez, el café lo invito yo. Nunca te lo diré. Negro pajero, deja de matar pollitos. Calín, debemos ser más serios. Calín, seremos como Sin Bandera, cantaremos y seremos famosos. Las chicas nos lloveran y a ese narizón de mierda le daremos vuelta. Él canta ahora, yo no.


[8] "Protect me from what I want. Protege Moi" Ella era tu Special K, era tu Placebo. Y tu eres mi niña anacrónica. No puedo creer lo bien que te ves. Eres todo un cuero. ¿Pero por qué mierda me visitas? ¿Estás fumando? Sí, ya van dos cajetillas. Esos hijos de puta. Los odio, merecen mi más profundo desprecio. Pero acudiste a mí, me amas. Sí. Sí. Hoy caminaremos por todo Los Olivos hasta que se revienten tus pies. Sólo así podrás dormir. Hoy es nuestro aniversario. ¿Ya te olvidaste? Qué rápido es el olvido.


[9] "Look right trought me, look right trought me". ¿Qué te puedo decir? Veo su fragilidad y me vuelvo fuerte. Soy Goliat. Ha sido la mejor semana de mi vida. He ejercido de publicista abanderado de causas torcidas. Me he sentido completo. He llamado la atención de mucha gente. He sido reconocido y hasta querido. Pero sólo por su existencia. He podido saber que hay más gente que me odia de lo que pensé. Pero eso no me ha importado. Yo soy un cadáver, los cadáveres no tienen suerte en el amor. No, idiota, las personas no son pastillas. Pero yo quiero ser una, para calmar su dolor y desaparecer en sus fluidos gástricos. Tienes suerte.


[10] [...]

viernes

Ni en pedo...












Willy Mason - Oxygen.mp3

Karma, sos un hijo de la gran puta.

Y eso es el desmadre... =)

jueves

Perfección



No estoy seguro.

miércoles

"Te miento, porque si no, no me querrías"













Pizzcato Five - Such a Beautiful Girl Like You.mp3

Ella ya está casada, y comprobé mis sospechas de que era madre gracias a un espía cobarde (no más que yo) que me lo cuenta todo. Luego de casi un año sin verla, aunque con inesperadas y furtivas llamadas mensuales que nos hacemos (ella siempre toma la iniciativa), me sorprende totalmente. Su llamada contiene un tono tierno, puberto y juguetón. Ella sabe que a mí me encanta cuando me habla así. Me dice que debo abrigarme pues sabe lo friolento que soy. Me dice que me veo mejor mirando de frente, que corrija mi postura (siento que me está viendo). Me dice que no olvide que mis tiempos libres siempre le van a pertenecer. Me dice que vaya a visitarla a su departamento para almorzar.

Sabía que llegaría el día; de hecho, estaba preparado para esa inexorable invitación, en donde conocería finalmente a su esposo. Al hombre que la posee oficialmente. Le digo que sí, que claro. Que me haría bien verla, ver a la señora Hernandez después de tanto. Le pregunto si debo llevar compañía. Se molesta. Le digo que me parece lo más normal, que llegar solo y verlos a ambos comer sería extraño. Sigo siendo el mismo ingenuo de quien ella se enamoró: dice que quiere verme a solas.

Continuará...

lunes

Complicidad














Hace mucho que no iba a una fiesta (un mes y medio), más que nada por falta de dinero, pero éste sábado se presentó la oportunidad y no podía desaprovecharla. No por la tendencia parrandera que nunca tuve, mucho menos por mis dotes de bailarín, si no porque Claudia, una amiga a quien estoy queriendo mucho, me invitó cortésmente -probablemente, harta de escuchar mis patéticos berrinches y con una buena dosis de pena por mí- y no debía defraudarla. Además, luego de una semana de, literalemente, profundo descanso exagerado (he dormido más de 8 horas todos los días, con siestas incluídas), una fiesta me caía a pelo. O eso pensé.

Antes de ir, fui a sabotear a mi primo, quien me invitó una pechuga a la plancha que estaba sumamente fría y sumamente cara. Luego visité a algunos amigos de mi ex-trabajo, fue divertido reirme con ellos nuevamente, pero a la vez penoso, pues sentía que visitaba una cárcel. Se despidieron, envidiando mi libertad y también ignorando que hubiese dado lo que sea por un sueldo básico en esos momentos. Luego, como el ñoño que siempre fui, llegué temprano a la fiesta. Sólo había una invitada. Como siempre, me dediqué a conversar, cosa de la que ya me estoy aburriendo (o de lo que ya estoy aburriendo), hasta que llegó mi tribu Macondo. Pronto escribiré sobre Macondo, pero puedo adelantar que son un grupo de amigos que conozco desde el primer ciclo (no son de mi T, a ellos los detestaba), de quienes escapo canallescamente en muchas ocasiones, pero a los que siempre regreso sin temor a ser rechazado. Apenas llegaron pude, a ese ritmo que ya me resigné a aceptar llamado reggaeton, moverme en mi sitio tratando de imitar las desquiciadas poses que hacían las macondianas alrededor mío, en donde fui acosado y manoseado hasta perder la dignidad. Fue divertido, incluso hasta me sentí, erróneamente, sexy.

De no haber sido tan pocos en esa reunión (ya no puedo seguir llamándola fiesta), hubiera resultado un éxito, por lo jocoso de las sitauciones que disfrute viendo y también participando. Olvidamos por completo que la agazajada (estudiante de Medicina que no conocíamos) estaba sentada, junto con los paparulos de sus amigos médicos, sin mover sus sucios traseros y mirando como las chicas me cantaban al unísono con una pasión inefable, algo despechadas, sufridas pero finalmente liberadas, "...así son los hombres (señalándome), son una basura". Por primera vez pude entenderlas. Me sentí cómplice. Somos unas basuras. Tal vez por eso ahora me dedico a dormir, así no daño a nadie, y nadie me hace daño.

miércoles

Lothlorien














Acabo de terminar de leer El Señor de Los Anillos, y también acabo de bailar como un desquiciado sin ningún gusto por la estética o arte por el movimiento en un taller de teatro, como parte de un ejercicio en el que debía recitar una frase de memoria. Cité el libro:

"Es cierto que el mundo está colmado de maldad, y que en el hay muchas cosas lóbregas. Pero también hay muchas cosas hermosas. Y aunque por estos tiempos el amor hoy esté unido a la aflicción, no por eso es menos poderoso" - Haldir.

Casi me desplomé maravillado, cuando vi este video, en el que Annie Lennox, inspirada en la obra de Tolkien, canta y me eleva al cielo por tres minutos. Cuento los días para volver a la Tierra Media y visitar Lothlorien, en tiempos menos sombríos quizás.

sábado

I just dont know where to put it



Magnolia, una de las mejores películas de mi vida. Paul Thomas Anderson, un director maduro.

jueves

PORKONOIA


















Soon!

viernes

TDC

El otro yo - 10'000,000.mp3


Hablaba con mi nueva psicóloga y...

- ¿Sigues entrenando?
- Sí, a veces.
- ¿Cómo van los resultados?
- Normalmente eso se nota y te lo hacen saber. O sea, gracias por tu observación.
- Ha ha ha. Pero si te han cambiado de rutina, algo debe haber, ¿no?
- ¿Cómo sabes de mi cambio de rutina?
- Lo mencionaste... Deberías prestar más atención a lo que dices. Esto no es un interrogatorio, por más que te guste que eso parezca.
- Cierto, cierto.
- Bueno y...
- Ah. Ahora peso 58 kilos. He bajado 3 kilos. Uno de músculo, o sea, mal pues. Esa no es la idea. Pero mi cintura ha bajado 2 cm, mi brazos han subido 2cm, sigo midiendo 1.67. A ver... no sé qué más. Ah, creo que debo tomar más agua o algo así. Y lo básico, dejar de comer mierda. Pero eso es imposible.
- Sabes qué quiero que hagas.
- Jamás leeré autoayuda.
- Cuando alguien hace algo es por algo. Hoy vas a dejar de tenerte lástima, o pretender tenerla.
- ¡Qué carajos! Yo no me tengo...
- Shhh, lo que quiero que hagas es *
- Hija de ...
- Prometiste colaborar en todo a cualquier costo. Hasta ahora no te he pedido nada y ...
- Bueno, normal. Pero, o sea... mi naturaleza es ser un jodido, y más que nunca cuando escribo. No tienes idea. Ni yo soporto lo que escribo en el blog, y me autocensuro siempre. Pero esto que me pides es demasiado. ¿Entiendes? Voy a provocar un malestar terrible con esto. Realmente va a ser ofensivo. Créeme. Tú sabes de mi relación con el espejo... Te repito, esto es demasiado. Los dos lectores que tengo me van a abandonar de por vida, si es que antes no les da una parálisis facial o algo. Dios.
- Deja que ellos decidan.














*Ya saben. No pude evitarlo. Lo lamento, si no vuelven no los culpo =D

domingo

Cielos










Ryan Adams - Sylvia Plath.mp3

Si hay alguien que me aleja de la muerte y de la miseria, eres tú.
Yo te acerco a la muerte y te hago miserable.


(In)feliz Día, Elizabeth.

miércoles

(H)umillado



Película del maestro Aristarain , en donde se bifurcan los "lugares comunes y la filosofía de almacen". Cecilia Roth, divina.

martes

QEPD


















Okei, este es el punto. Nací en un hogar feliz y eso me hizo triste. Soy claustrofóbico. Cuando un hijo de puta me encerró en el baño por 2 minutos, empujé la puerta con tal fiereza y terror que ahora sólo recuerdo mis manos llenas de sangre y los dientes rotos del pobre infeliz tendido en el suelo. Nunca más he ido al baño desde entonces. Me enamoré de una chica inalcanzable y esa pauta ha regido mi vida hasta ahora. Estoy tan lleno de decepciones y me siento usado, quienes me han amado se apoderaron de mí y han destruido sus vidas al darse cuenta de que no soy un objeto. Yo hice lo mismo, tengo mi colección de títeres. Sólo que están todos rotos ahora. La última chica de quien me he enamorado, aun cuando lo supo, evitó pensar en ello. No la culpo. Cuando logro hacer algún amigo lo primero que se me viene a la mente es cómo no perderlo y así se me pierden, porque los pongo en una caja. Lo peor es que se desaparecen y a mí no me importa, ya estoy acostumbrado y esa parte de mí me da asco. Le tengo miedo al dolor, pero me he acostumbrado a ello, pues el arte me lo demanda. Soy medio gay. Tengo trastorno dismórfico corporal desde que tengo uso de razón y un espejo al frente. Soy un esclavo de las apariencias. No he vomitado nunca, pero me he mutilado los órganos envenenándome. Amo el agua, soy el mejor nadador del mundo, pero nunca recibí un aplauso. Quise ser escritor, pero ni un concurso de crónica literaria de mierda he ganado. Quise ser músico, pero sólo se tocar para mí. Quise ser dibujante, pero el dibujo de la mano en mi pared se borra con todos los sueños que alguna vez tuve. No tengo padre ni madre, su hijo murió hace mucho. Quisiera nacer nuevamente para verlos sonreír por un día. Amé a Dios, pero ahora es una idea borrosa, a la cual acudo cobardemente siempre que estoy en peligro. Debe estar harto de mí, así como yo de quienes se hacen llamar sus hijos. Aborrezco con toda mi vida la soledad. Quiero morir con alguien a mi lado. No tengo ninguna clase de motivación en la vida, ni vocación, ni metas, ni sueños. Sólo pesadillas. Lo único que quiero es que alguien me ame para desprenderme de mí mismo, darle mi vida, hacer sus sueños realidad y descansar en paz. Mi vida ya no tiene remedio.

Consideren esto mi testamento.

sábado

Absurde

















Rubies - Stand in a line.mp3
Hammarin and Robin - Hell Knows I'm in love.mp3

Hoy desperté sin ganas de ir al Británico, al final me dieron ganas de ir. Llegué temprano por primera vez y, vaya sorpresa, estaba cerrado. En realidad, no hubo sorpresa en el hecho: la mala suerte hace deporte conmigo, y ya estoy acostumbrado. El dinero se me ha acabado por completo y ser proletario ya no es una opción. Buscaré cachuelearme con algo en estos días. Mientras tanto, son tiempos tranquilos los que estoy disfrutando ahora, aunque por ahí está el remordimiento de las mil lecturas que me han dejado para el lunes, pero eso es algo que he aprendido a esconder en un cajón. La conchudez es una disciplina y yo ya tengo un doctorado (no lo estoy recomendando). Ni qué decir de la flojera.

Recomiendo esta página, en donde he pasado horas bajando música. Pueden encontrar álbumes completos, videos, etc. de cualquier grupo o artista. Por cierto, estoy involucrado en un proyecto que se está iniciando en la PUCP y buscamos GENTE. Dejo el anuncio para la convocatoria.


HablaoOos

viernes

Y Alienjo dice: Sobaaaa!

Bruce Haack - Electric To me Turn.mp3


Jamás vi tantos penes colgando. Tengo el estómago acalambrado, las piernas temblando, los brazos tiesos, el cabello mojado y el autoestima desaparecido. Despues de mucho, entré al gimnasio y estoy electrizado. Por ahora, sólo quiero morir.




Espero no soñar con el vestidor... ni con mis piernas.

martes

¿Quieren una experiencia religiosa?

Ahí tienen una experiencia religiosa.

domingo

Soy destructible


Doris Salcedo. La grieta

Ya es lunes y quiero hacer mejor las cosas. Duermo mucho y sueño irrealidades neutras que me cargan y empalagan la nuca. Siento que me estoy jodiendo de a pocos y me siento cansado. La peor parte es que me cansa hasta el silencio, mi oído sensible se pierde en lo que siempre temí: la motorrealidad. Creo tener una etiqueta con fecha de vencimiento y estoy pasando de temporada. He hecho cosas que jamás creí hacer y no me siento distinto, mucho menos original. El tiempo parece acompañarme con desgano; cómo no, pierde el tiempo conmigo. Aún así, sigo creyendo que un halo de suavidad me rescata, que cree en mí. ¿Será la madurez? O, como dijo la BlowJob, ¿no estoy siendo óptimo? El dinero hace que sienta que valgo poco. La suerte está con los que aman, ¿y qué de los que hemos amado? Necesito más tiempo, y, tal vez, otra patada en el culo.



Te estaré esperando.

lunes

Toulose a friend

Placebo - Bitter End.mp3
Air - Playground Love.mp3
Damien Rice - Eskimo.mp3


Je me souviens

Me acuerdo del día en que Maurice me necesitó. Yo andaba muy ocupado en esas obligaciones académicas que hacían de mí el "universitario" del grupo, lo cual era sumamente agradable. Con mochila en brazo, diez lucas en la billetera y el perfecto nuevo carné de biblioteca recién inaugurado, me dirigía a sacar la copia entera del laureado libro de María Rostworowski, texto del cual sólo debía leer no más de dos capítulos. Era simple: la idea del "espiralado" y la carátula de aroma intelectual de las copias me seducía como quien regresa de la discotienda y reordena con cuidadoso afan la colección entera de cds, sólo para ver lo armonioso que luce un disco más en la gaveta.

Como detestaba la idea de jugar al bizoño universitario yo solo, llamé a Maurice para darme el gusto de estrenar mi nuevo papel en la fotocopiadora infestada de estudiantes de carrera técnica, quienes sacaban copiosos manuales de electrónica, automotriz y demás. Al contestar, su voz fue muy distinta, se apagaba innecesariamente entre frases. El celular lloraba. Tratando de ignorar aquella intromisión en la burda obra teatral que protagonizaba, lo convencí de que me acompañara y me contara qué andaba mal.

Luego de cinco minutos, al ver su fofa silueta, cabizbajo como siempre, noté en su rostro la tristeza que lo caracterizaría por el resto de su vida. Maurice, le dije intentando salvar mi acto, dejaré el libro y hablamos mientras sale la copia. Él asintió, nunca me sorprendía lo cortés que solía ser. Intenté disfrutar la escena final, sonriéndole a la guapa muchacha detrás del mostrador mientras le indicaba que omitiera los gráficos en las copias. Al regresar, como fue nuestra costumbre, compré hojuelas de maíz picante y Marlboros, nos sentamos en la vereda y empezó la conversación.

No sé si el destino es manejado por alguna divinidad o algo, pero a veces no tienen gracia sus designios, me pareció escucharle decir. Jamás podré describir el dolor que sentí al verlo mirándome impasible mientras dejaba caer una sórdida lágrima, la única de la noche y la más larga que he visto. Yo tuve que bajar la mirada y me condenó a hacerlo siempre que veo el dolor ajeno. Supuestamente, yo me caracterizaba por ayudar a mis amigos, pero aquella imagen reveló mi impotencia en momentos en que uno debe desprenderse de sí mismo y escuchar. Sólo escuchar. De alguna manera me ayudó a eliminar mi protagonismo, incluso en las ocasiones en que más lo necesito. Me contó que, mientras él y su grupo ganador esperaban ansiosos un taxi que los llevara al concurso interescolar de poesía en francés, fueron grotescamente ignorados por el conductor, quien al ver que eran cinco muchachos decidió seguir su camino. Era ya muy tarde y aquel taxi horrible y oxidado se asemejaba al gesto del conductor que los ignoró. Era un tico azul, recordaba bien, que tenía una calcomanía en la parte trasera que decía una frase ruin y desafiante para esa ocasión.

Recordó que todos sus amigos renegaron mucho por el incidente. Finalmente, consiguieron un taxi pero con ocho soles extra de lo que tenían pensado pagar. Diez minutos después, al parecer, la empresa había fallado. Una inesperada congestión interrunpió el paso de los autos y Maurice, impulsivo cuando quiere, decidió bajar y mandar todo a la mierda. Luego de darle lo merecido por la ruta al taxista, los demás lo siguieron. Notaron que un humo negro se extendía por el cielo abriendo sus brazos de algodón a unas dos cuadras de donde se encontraban. Mucha gente se había aglomerado ya, rodeando, a pocos metros, un fuego obstinado. Maurice empezó a correr torpemente, el maldito día tenía que tener algo que valga la pena ver, y corrió aún más al escuchar los gritos empalagosos de una mujer entre la gente. Un tico azul que de no tener la parte delantera destrozada por el impacto contra un camión pesado, se vería similar al que injuriaron él y sus amigos. Vomité, me dijo. La imagen fue insoportable. Vio a una niña en posición inhumana en el asiento del copiloto. No sangraba, tenía el rostro tranquilo. Pero su figura dibujaba una 's' asquerosa. El conductor estaba tendido en el suelo, sangrando. Una pareja joven se encontraban desmayados en los asientos traseros. Muertos, según la señora que insitía en gritar desesperada. Maurice pudo reconocer el auto al ver la calcomanía intacta, triunfante. "Si llegó tarde, (no) es culpa del chofer". Era el taxista. Era la niña dentro del taxi. Era el vómito de Maurice y sus ganas de decir 'No soy nada, me hubiera muerto yo, carajo'.

Abracé a Maurice, le dije en la mente cuánto lo amaba y agradecí al antojo de ciertas divinidades. Él vive aún, pero, como yo, muere dando vida a obras que a veces no valen la pena. Yo, el actor de papeles estúpidos, he muerto al protagonismo, o es lo que quise pensar.


Vale mierda, valgo mierda.

miércoles

You dont care...



Hace mucho que no andaba triste. A lo mejor, siempre lo anduve, sólo que no lloraba vapor. Soy hibrofóbico. Soy SKY.

jueves

Dime cómo me llamo


Lo tengo en la lengua como un desabrido deja vú. Sobre todo, en un día como hoy en que la amargura se asemejó a un reflujo intestinal sofocante o biliar. Ella se llama Sandy, y la historia que la rodea es de tan melancólico tono como la canción de Alejandro Sanz, Sandy a orilla do mundo. A continuación el relato.

La secundaria puede ser olímpicamente dura e injusta. El sentido de pertenencia lo es todo; más aún en los grupos selectos en los que uno daría todo el dinero del almuerzo por el carné de membresía. En Norteamerica se reduce a estar en el football team o formar parte de las hotties cheerleaders. Peruanizándolo y llevándolo a un reconocido colegio en el centro de Los Olivos, o eres chévere (pendejo) o una cuerito (lo he resumido a dos grupos de pares en un esfuerzo sobrenatural, porque definitivamente hay más, llámense, los peloteros, los músicos, los chongueros, los gamers, los otakus, las chismosas, los ñoños(as), las rucas, los roscas, etc). Sandy no pertenecía a ninguno de ellos, pero eso no era necesario para caerme bien. Tercero de secundaria y era la niña con quien más disfrutaba hablar. Verla sonrojarse cuando me movía de mi lugar para buscarla y sentarme a su lado llenaba mi pecho de satisfacción y orgullo, síntomas que se incrementaban llevándome a considerarme parte de ella. No eran mariposas en el estómago, las mariposas invisibles se posaban en sus mejillas y yo reía. Lo que me regalaba la pequeña Sandy era simple alegría.

Sandy no era un cuerazo de escultural figura ni de piel rosada como era el prototipo de belleza del 3ero B. Así es, aquel título le pertenecía a otra: Ruth. Sandy, más bien, era la niña de extraña simpatía, ojos grandes y vivaces envueltos en una tímida mirada, nariz respingada y pequeña, cabello barrido por una infantil vincha, y cuerpo delgado y delicado en justo desarrollo. Como sea, los trogloditas de mi salón arrastraban los cojones hacía donde Ruth dirigiera la mirada. Tenía a su disposición a cualquier primate y con tan sólo tronar los dedos mimetizaba el juego de Simon says en la clase pero con adolescentes de hormonas a mil por hora, aturdidos de tanta belleza. Las cojudeces que hicieron por ella son dignas de contar pero las omitiré por la fundamentada necesidad de mencionar al troglodita mayor, al paparulo del sombrerito JACKASS, al imbécil más grande de la historia de los salones de tercero de secundaria: yo. Estaba tan idiotizado con ella que interrumpía toscamente las coquetas conversaciones que sostenía con Sandy luego del recreo, al verla pasar y atender sus peticiones como un súbdito de las apariencias de una suerte de caverna platónica, esclavizado por su sonrisa. Todo ese circo sin pensar en el diamante que estaba a mi lado y se perdía cada vez más entre las rocas de mi indiferencia.

Muchas veces quise tirar la toalla, bendecido por momentos epifánicos al pensar que Ruth jamás se fijaría en mí, cosa que era sumamente cierta. Pero el lado indestructible de mí, la cojudez, hizo que ignorara esos segundos de iluminación. Cuando sucedía esto, estaba decidido a decirle a Sandy que no entendía lo que me pasaba, pero me sentía atraído por ella y me hacía bien verla todos los días. Esta declaración bajo el amparo de sus amigas quienes afirmaban que yo también le gustaba. Pero, repito, este señorito no movió un dedo y perdió una oportunidad más en su vida. Sandy sólo estuvo un año en mi colegio y su memoria desapareció desapercibida e intacta, lo cual fue bueno. No tuve los huevos para, por lo menos, retener cierto contacto con ella. Y como si fuera poco todo lo narrado, tengo una noticia que me hace estrellar los dedos con las teclas justo ahora en un ataque de furia y, debo agregar, mucha risa. Sucede que...

HOY LA VOLVÍ A VER =S

Así es, luego de 6 años, barba sumamente crecida, 2 centímetros más alto, 20 kilos más en el estómago, con anteojos y sin dinero, la volví a ver. Vi una silueta dionisiaca bajando por el puente peatonal de Senati y, pues, quise apreciar ese ejemplar más de cerca. Cuando vi su rostro no pude creerlo: la pequeña Sandy llevada a su máxima expresión irradiando seducción cual comercial de AXE en versión femenina. Tanto que tuve celos al ver que todo el mundo volteaba a mirarla. Mi reacción inmediata fue correr y perseguirla. Sí, figúrense a un sujeto persiguiendo a otra persona sólo como un ñoño podría hacerlo. Al estar a un metro de ella, le seguí el paso. Normalmente, le hubiera tocado el hombro y me hubiera presentado, abrazado e invitado a salir. Era tan simple como suena. Pero le seguí el paso. Una cuadra, dos cuadras, tres cuadras, y luego desapareció. Entro a la universidad Sedes Sapientiae y yo desaparecí con ella. No pude contenerme y maldije a medio mundo. Ni el Marlboro rojo me acogió. Me percaté de todas mis oportunidades perdidas por la más humana de las cualidades: la duda. Actuar es lo que más hacemos, pero lo que más nos cuesta hacer. Pensar está bien; pero pensar mucho desalienta. Y, en mi caso, te hace imbécil. Los momentos son a ganar o perder, no hay puntos medios. Alguien dijo por ahí que "no hay mejor sensación que la de haber peleado con el máximo de tu fuerza y yacer muerto de dolor en el campo de batalla, victorioso". La frase es mierda, pero tiene algo de razón.

Recordé una película muy buena, Michael Clayton, en la que Arthur Edens, abogado de un bufete reconocido de Nueva York, al darse cuenta que defiende una multinacional agroquímica que ha intoxicado a cientos de granjeros, simplemente, decide desenmascarar todo el bodrio. Y lo hace con un diálogo medio psicópata que preludia la película y constriñe al de buen oído, culminando en la frase decisiva que inicia su proceder: "and that moment, begins now". Luego de escribir esta entrada tengo esa voz crackeada en mi cabeza y llegó el momento de vivir(me). Una suerte de Carpe Diem feroz, contundente y cruel. Viviré...

and that moment, begins now.

PD. Gracias a la magia de la era digital y la sociedad de información, la he encontrado en el hi5 (no sin esfuerzo) y en una foto en la que sale con su novio he comentado con una frase de Leonardo Favio, "Hoy te vi, no fue casualidad... bla, bla, bla" y la he invitado a salir.

miércoles

17 veces Tedio

Eurythmics - 17 Again.mp3

(Por favor, no leas esta idiotez)


Mundo súper rápido.
Llantos que florecen en una estela de 17 discordantes beats.
Los invisibles, Annie Lennox canta y (nos) alimenta.
Las memorias no dan cuenta de nuestros errores ni los impiden.
Nuestra impericia los incrementan y
tienden a... evolucionar.

Nuestra vida, un lienzo embadurnado por manos miserables e insensibles.
La ventaja: la conciencia de ellos, y su goce.
El vicioOo.
Existe, no obstante,
cierta esperanza anza anza danza,
una luz llena de cadencia: la hurí infinita,
godess queen.

Su sonrisa dibujada en mi cabeza;
su piel huidiza de mis sentidos,
palpitan cada vez más fuerte.
Sueños que jamás creí merecer;
realidad boyante que se agazapa a mi indiferencia y...
temor.

A mis diecisiete años la visioné
y todo ha cambiado.
Pero los tiempos, amigos de nadie,
llevan al tedio y, finalmente, a la decepción,
una vez más.

Como si no bastara la vida reseca de nuestros muertos ya.


El 17 es un número poético, ergo, desalentador. Bandas como Travis, Ladytron y Eurythmics lo usan asumiéndolo como una edad que condimenta melodías con cargas de júbilo, desazón o justificación. La literatura también se presta de este: Holden Caulfield y Juan García Madero (por mencionar personajes literarios de los últimos libros que he leído), para revelar cierta bifurcación de destinos y decisiones que las personan deben, más que tomar, refrendar con desconcierto y asco. Platón en boca de Sócrates reconoce el autoconocimiento como el quid humano, la función y la fuente, el flujo concluído, el logos (para Heráclito) que, finalmente, es lo común a todo. Pero encontrar esto es tan imposible como que yo soy valiente, cortés y varonil. Si esto de la edad adulta (18 + DNI) no fuera una mera representación (o exigencia), estoy casi seguro que el 17 es el número más desorbitado. Como toda transición, quizás, pero ésta es la más insostenible. Vivo mis diecisiete, aún no cumplo dieciocho. Jamás debí cumplirlos. Todo lo que viví después es mentira. Es un aplazamiento inescrutable de lo que soy. A los que tienen diecisiete, lloren conmigo. Lloren, sí tu también. Sé hombre y llora.

sábado

SiénteloOo

EVEIN, Bernard

Scarling - Creep.mp3

Eres la criatura más perfecta que jamás he conocido. Tus ojos me duelen y los quiero devorar. Haces que mis ocurrencias resulten patéticas cuando sonríes ahogando mis palabras. Eres veneno y yo quiero morir en lenta agonía. Amarte no es nada, no lo describe suficientemente. Me fascinas y debo ser honesto...

¿quieres ser mi agarre?


jueves

¿2009?

Bjork

REM - Everybody Hurts.mp3
REM - Nightswimming.mp3
Mika - Relax, take it easy.mp3
Eurythmics - I saved the world today.mp3

El retardo para narrar la secuela de las crónicas huaracinas se debieron a los enérgicos días de Diciembre. No he tenido tiempo para nada porque estaba ocupado reduciendo a cenizas al maldito tedio: un éxito total, y consiguiendo dinero para lidiar las deudas que tengo. Debo ser honesto, la pereza también influyó en la desactualización de este cuchitril (bitácora). Pero, justo ahora, luego de ver a mis queridos partir y esperar sus inexorables huídas, me animo a presentar este break y a homenajearlos, en cierto modo. Para que, de pronto, refrendar sus ausencias sea más llevadero, menos melodramático y hasta productivo. Mis amigos están viajando.

[1] La Blowjob voló a Madrid (el muy maricón me avisó un día antes) y de veras espero que la esté pasando bien. Supuestamente, vuelve a fines de enero con un cd que me prometió traer y, también, para continuar nuestras visitas al lumpen limeño en Caylloma y otros lugares de la 5th Avenue chollywoodense. Muchos saben que yo soy (o era) como el Óvalo Gutierrez que no tiene esquina -me robé el chiste de la sexual Show Woman Bettina Onneto- pero ya está siendo superado (no sin esfuerzo) gracias, en parte, a Blowjob -este apodo es terriblemente cruel.

[2] El maldito Alien también arriba, pero no a Júpiter, sino más lejos aún. Marcianazo se va a Washington a reproducir la especie e infestar la tierra de anfibios cabezones, o a producir la segunda parte de Independence Day. Cosa que no me importa porque el planeta ya está hecho un bodrio; lo que me importa y afecta es que el outsider ya no estará al frente de mi casa para salir a molestar a medio mundo con la Ardilla (juntos, los tres, creamos The Fagg Circus), filmar idioteces, insultarnos y provocar resacas fulminantes al movernos las cabezas luego del tradicional Queirolo. El Alien se va el miércoles que viene, su despedida promete ser "de otro mundo"... espero. Aunque lo más probable es que derrochemos dinero, como siempre.

[3] Cómo olvidarme de mi ejemplar de masculinidad favorito, Pixular. Mi pastrula (conocida, también, como pie grande, Bárbol, Fiona, Troll, perdería el tiempo si continúo pues verla activa mi capacidad ocurrente) ha viajado a Brasil a pie con the Salvation Army -ejército de ñoños- hace ya una semana. Su despedida resultó en una proliferación viral de herpes labial y casi una acusación por abuso al menor que pudo afectar la libertad condicional de algunos (mejor no sigo). A estas alturas debe estar en Puno todavía, así que demorará un poco más, pero volverá, si no se suicida antes lanzándose del Cristo Redentor de Rio de Janeiro (aunque creo que está en Sao Paulo), pronto.

Así culmina un año lleno de desencanto, poesía, diversión y transparencia. Agradezco mucho a los dementes que perdieron tiempo leyendo este blog y, aunque no dejaron su firma comentándolo, a quienes lo mencionan halagándolo o injuriándolo (más lo último que lo primero). Espero que el 2009 sea para todos ustedes productivo y verdadero: lo mejor que se puede pedir. Pronto, más cojudeces (perdón, calinadas).

=)

 
template by suckmylolly.com