
martes
Terapia

Publicado por Calín en 28.10.08 4 comentarios
Etiquetas: Filo, Platón, Portishead, yoOo
viernes
Useless
Goldfrapp - Strict Machine.mp3
Garbage - The trick is to keep breathing.mp3
Estaba soñando con el departamento donde vivía de pequeño, cuando fui interrumpido con aspereza por mi madre. Normalmente, lo hace para avisarme, mejor dicho, exigirme la puntualidad académica que, obviamente, no tengo. Pero esta vez era diferente. El tono de su voz manifestaba recelosa urgencia, aquella que indica imprevistos de atención inmediata. Eran las 4:oo am.
Era Perry, un ancestral amigo que no veía hace mucho. Esto, gracias a un silencioso y mutuo acuerdo, porque, a pesar de que nos distancian diez minutos, no existe relación amical debido a ciertos "roces" que ahora considero estúpidos. Al verlo me convencí de lo irreparable de la situación. Creo en la amistad y la incondicionalidad que ésta conlleva. Así como, a pesar de que (en su mayoría) son mis amigos quienes suelen tratar de ayudarme, yo también creo poder hacer algo por ellos. Es simple, en esa ocasión, yo no estaba preparado para lo que vendría. Le habían robado la casaca, las zapatillas y todo el dinero que cargaba. Había sido golpeado, también, para ese objetivo.
Perry andaba de parrandas revolcándose en lo que cierta gente podría llamar escoria juvenil (o sea, donde corre de tooodo), pero que bien para uno puede ser una aliviosa salida de lo angustiosa que puede llegar a ser la vida. Cuando la soledad, el desamor y la mala suerte golpean con tal fiereza sin residuo alguno de compasión, vivir al margen de la vida no tendría por qué extrañarnos. El asalto que había sufrido no era nada comparado a su estado como persona. Él estaba hecho mierda.
No puedo narrar cómo Perry llegó a ser lo que es, estoy seguro que más adelante lo haré dedicándole las páginas que realmente merece. Basta saber que su padre está a cargo de una multitudinaria iglesia, su madre es la amabilidad en persona y sus hermanos estudian tanto acá como en el exterior. Como dicen... pasa en las mejores familias. Ni los veinte soles ni las Converse que le di compensarán lo que él me regaló una madrugada nebulosa y fría: utilidad. Por ahora eso es lo que más creo necesitar. Ya no un abrazo pasajero cuando me siento mal, sino confianza en mí para exigirme un lugar, unas zapatillas y, sobre todo, saber que, sin importarme el sueño o la comodidad de un cálido mueble, estaré ahí para agradecerles la confianza. No me importa ensuciarme con su mierda.
martes
Vértigo

Publicado por Calín en 21.10.08 1 comentarios
Etiquetas: sabiduría de barrio
jueves
Sánchez

Nestor Sambolín. Cartel serigráfico. 1980
El día que cumplí 18, luego del tedioso discurso familiar, los tíos, sin permiso de mi señora madre y, por supuesto, con el consentimiento del señor Sánchez (o sea, su silencio) sacaron el trago. Se sentaron y degustaron frente a la mesa del patio trasero. Las duquesas, obviamente, ocupadísimas en la sala compitiendo por cual de los hijos lleva la mejor educación hasta ese día. Nosotros, los jóvenes, buscando con desesperada sutileza un interés común para pasar el resto de la noche. Así el día se agotaba, como los ojos de los bebedores, quienes milagrosamente reproducían más alcohol y poblaban la mesa de tristes botellas vacías. Fue entonces que un halo sorprendió la criolla monotonía: decidí darles una oportunidad más para convencerme de que valía la pena llevar su apellido. Me senté con ellos y mis primos.
'El Perú es el peor país -no se puede vivir tranquilo acá', fue la frase que, complementada de un rudo sorbo de alcohol, definió a mi tío Lucas y su patética pero real afirmación. Fauccet (mi primo) y yo, estábamos ya en la Católica y, con la vaaasta y humaniiiista educación que ahí se ofrece, no podíamos permitir que Lucas se epresara así: recurrimos a nuestras armas argumentativas. Tío Cómodo sólo observaba, cansino, reflexivo -cuando abre la boca su capacidad retórica es simplemente impresionante. Por su lado, tío Jonás, esperaba que todos expongan su postura para que al final, como el gran profesor de lengua y literatura que es, pueda cerrar la conversa con su facilidad de síntesis. No es complicado advertir que cada uno tiene un papel reservado en la escena, lo cual es repugnante. Como sea, luego de verificar conflictos sociales, fenómenos económicos y putrefacción política que nunca cambian, como el cachimbo cojudo que era (ese que quiere salvar el mundo por ver Diarios de Motocicleta), y al ver la conclusión de que lo mejor era salir del país -de hecho, media familia ha optado ya por eso-, se me ocurrió la estupenda idea de jugar a Haya de la Torre y decir semejante idiotez: Yo me quedo en el Perú, porque sé que puedo hacer algo por él y no huir, sino ser parte del cambio que todos anhelan, pero que pocos se atreven a realizar.

Un poco más y todos se levantan de sus asientos con pañuelo blanco en mano gritando al unísono SEASAP!! Las felicitaciones no se hicieron esperar. Todos hablando del nuevo presidente Sánchez con su régimen, esta vez, democrático para ponerle fin a tanta corrupción. Yo sólo podía darme cuenta del gravísimo error cometido y quería vomitar. Mis primos mirándome con miradas lastimeras y a la vez con alivio porque era el turno de calin para ser la nueva imagen de los Sánchez. Y lo peor de todo: yo mismo lo acababa de confirmar.
Es obvio que nada de eso funcionó. Es más, yo renuncié al cargo (de presidente o de Sánchez, da igual) ese mismo día. Con respecto a mi opción de permanecer en el Perú, me mantengo. No pienso irme, por lo menos no ahora. Pero no porque pueda hacer algo por el país, sino porque el país ha hecho mucho por mí. Por otro lado, a pesar de que no me considero nada Sánchez, los estimo mucho. En realidad, iba a decir que me son totalmente indiferentes pero con la éterea melodía de Trespassers William (que hace dos horas vengo escuchando) es imposible el desdén. Además, el tío Jonás está próximo a casarse y un nuevo Sánchez se alista para dar su aparición. Que pena por él, pero así es la vida, a todos les toca y yo ya me zafé. Ahora es mi turno, según la tradición, de burlarme de la pobre víctima. No más. = )
Publicado por Calín en 9.10.08 4 comentarios
Etiquetas: Apra, burguesía, ebriedad, presidencia, Sánchez, tradición, Trespassers William